miércoles, enero 11, 2006

HISTORIAS DE LOVE PARADE

CAPITULO II
¡SI NO ME JUNTé CON NINGUNA MINA, PAR DE REHUEONES!

Se encontraron con Víctor, el cual inexplicablemente venia con una sonrisa gigante, nunca supieron por qué, pues comprar zapatos jamás ha sido un panorama demasiado entretenido.
Decidieron ir beber otras cervezas, pues extrañamente Víctor andaba con muchas ganas de celebrar (Tal vez los zapatos que compró eran demasiado bonitos). Se encontraron con unos amigos de Víctor y continuaron bebiendo, fueron a "Salvajis-Bar", acá pasó algo inesperado, al parecer las cervezas venían con una dosis doble de embellecedor, pues apareció el Mangualy de hace cuatro años, ese que halagaba a las suegras, ese que pedía pololeo a las minas para sus cumpleaños, el que veía labios de longanizas en sus pololas, el que hacia el helicóptero belga y el que se joteaba a cualquier mina.
Uno de los amigos de Víctor, que era mas motivador que Horacio de la Peña, comenzó a darle ánimos a Mangualy e incitando a que sacara sus garras, afilara sus colmillos y atacara a las chicas que llegaban a este lugar, Mangualy comenzó a creerse bello y adquirió la "perso" necesaria para hacer lo que quisiera, durante la noche muchas veces se le escuchó decir: "Estoy así de curao", "Quiero vomitar", "Ahora si que sale", etc.
Durante la noche logró entablar conversación con un grupo de chicas, que al parecer eran las promotoras del team, "Así de warras" y estuvo con ellas por un largo rato, pero no consiguió nada, talvez el apretón de manos que le había dado Charly antes de salir lo limitó y le contagio su suerte.
Llegó la hora en que debían partir, pero inesperadamente se dio la posibilidad de ir a kmasu, estaban tan embellecidos todos, que pensaron que podían tener alguna chance en este lugar, pero luego de meditar un rato optaron que lo mejor era ir a comer algo a algún lugar cercano, pues en ese momento el hambre era mas fuerte que el joteo.
Mientras caminaban, Víctor notó que no tenía sus zapatos nuevos, los había olvidado en “Salvajis-Bar”, pero ni siquiera le molestó y seguía estando igual de feliz, le dio prácticamente lo mismo, al parecer el motivo de su felicidad era otro, el que nunca quiso confesar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad me siento contento por saber q aun seguimos igual de vivos q antes, con ganas de wear y ser mas amigos... asi q desde ahora espero q todo siga igual y mejor, y se viene mi regreso con todo a las pistas asi q tiemblen malabaristas, travestis, salvajes y especialmente tu guaton pancho

Anónimo dijo...

aaa se me olvidaba viene la historia del taxi de 110 pesos

Anónimo dijo...

¿Por que no les dijiste a los cabros que ese dia andabas conmigo?

Anónimo dijo...

estaba conmigo.
carola